viernes, 17 de octubre de 2025

POST #9

Antes fue sólo el mimetismo. Me sentaba a la máquina y simplemente hacía como que estaba escribiendo. Pero no lo estaba haciendo, intentaba pagar una deuda que nunca había existido. La deuda, la palabra, el cadalso. Era un extraño entre signos de puntuación, se usan de forma intuitiva y mágica. No era por ninguna necesidad de comunicar nada a nadie, a NADIE. No fue una investigación orientada al auto-conocimiento, al despertar, a salir del Nigredo. No. No lo era. Lo que allí pasaba estaba directamente dictado por el traqueteo de la máquina, de nombre NONAMES porque la esquizofrenia estaba aún latente. La cosa era rellenar espacios en blanco, no por la necesidad de orden, no por la urgencia cósmica de reconocer una verdad en medio de la tormenta. La cosa siempre fue una catarsis ruidosa e incómoda que sólo yo provocaba; como si me quisiera autolesionar pero fuera demasiado vago. Control sobre lo que me dolía. Enumeraciones que se alargan a la sombra de poetas mediocres. Rezar y sucumbir antes del bautismo ateo.  

Y nunca sabes qué va a pasar cuando un papel mecanografiado cambia de manos. Esto es para ti, le miento. Gracias, me miente él también.

 

 

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