nos perdemos en un par de tetas, no quieras que halla cabello ardiendo en tu cenicero, la queratina y los pulmones: niños presos rusos fumando recortes de uñas para herirse y estar a salvo en la enfermería. nos perdemos, abuelo, nos perdemos.
es como en esas pelis de vieja vaca sagrada del arte [el que sea] enseña a joven cómo se hace. todo se reduce a un ejercicio entre el método Stanislavski y coach ridículo de mirar hacia dentro mientras se ejecuta. qué estupidez. lo tienes o no lo tienes, muchacho. no les des más vueltas. y si lo tienes no siempre estará para ti y se caerá el cielo en grises perfectos de desolación. ahora lo tienes, lo dominas, lo respiras, ahora ya se fue; y nunca fuiste tú, siempre fuiste el cómo y no el quién. quiero que te quede claro eso. sólo eso. eso.
hay un negro, atrapado en ámbar, haciendo blues que parece el puto diablo. es imposible que la magia sea la respuesta al origen del mal, es imposible que descapitalizar la experiencia religiosa pueda ofender al mercado, es imposible que un montón de punkis hasta las cejas de maintenna tengan la solución para este enorme error. llueve tan fuerte que me llega a través de la cortina. una tela no muy gruesa de franjas verdes y verdes traslúcidas. es la pena por todo lo que ha acabado sin poder florecer. presos de la esperanza. preso de mi propia imbecilidad, decirlo muchas veces no es tenerlo asumido. asume tu culpa, loco, y pórtate como un cuerdo. más equilibrado que el equilibrio. más sobrio que el sol.
a veces hay magia flotando mientras tipeo. otras, sólo el recuerdo de cómo era tan fácil, tan suave, tan claro el siguiente movimiento bordeando la caída en forma de pared. hay magia mientras tipeo. magia mientras tipeo. mientras tipeo. tipeo. y lo siento tanto, tanto, tanto. como el negro atrapado en el ámbar.
gracias por no dispararnos.
Fdo, el último pupilo
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