Uno.
Los números estaban cargados de significados proféticos. La magia de la recarga chakrática, la idea sobre la materia, la LUZ..., había tanta luz por todas partes y ese cielo de granada, ese cielo, el cielo.
Cera derretida en el pecho, seitán en la mesa, arroz angolano, brujería y otras fuerzas que se entrelazaban. Rezar, rezar en puro silencio y domar el mundo a la imagen de la idea. Otra vez. Otra vez está pasando, ríos, termas, un nuevo significado para la palabra "piel". Odio cuando a la gente le cambia la cara durante el sexo, no me refiero a la expresión, me refiero a que lleven otra cara; de otra persona, mirándome desde mi yo más fiel hasta la mascarada que tiene enfrente. El Loco nunca mira dónde está pisando y aun así avanza.
Si alguien pregunta por mí sigo echando humo y escribiendo y obsesionado por novelas que nunca voy a terminar, NUNCA.
He tomado algo de cafeína al despertar, el cielo amenaza lluvia. [Mi casa en el norte], he fumado cigarrillos y vapeado un poco: respirar potenciadores del sabor para que el cáncer sepa a mango helado. Dejo la escritura y me voy a la ducha. A ver si la cabeza encuentra algo mejor en lo que ocuparse.
No hay comentarios:
Publicar un comentario