miércoles, 16 de octubre de 2024

POST#5

Dos.

Salgo de la ducha con buenas noticias. Fumo un cigarrillo para celebrarlo, el único en meses con un sentido más allá del gesto. Me siento bien, demasiado, como el puto Aleister Crowley después de chulear un cheque; ya tengo dinero para huir del dragón. Soy yo su droga. Muy a mi pesar, palidezco frente a lo posible, me siento enfrente de la ficción de máquina y escribo encorvado como una gárgola [enorme sonrisa de piedra], cuando podría estar masticando mis propios dientes, pero no. Otro día más. La pausa del sortilegio lo confunde con suerte sin más. Con lo que se veía venir. La magia milagrosa se camufla en giros del destino, la intención ya existía. Hoy estoy loco, cacareo recetas sumerias de estofados y sopas, canto en latín todos los himnos del punk que conozco, invento un código rap lleno de palabras como espuma que te araña la piel, doy órdenes sin saberlo, camuflo las posibilidades de ideas deliradas. Era el plan perfecto.

martes, 15 de octubre de 2024

POST#4

Uno.

Los números estaban cargados de significados proféticos. La magia de la recarga chakrática, la idea sobre la materia, la LUZ..., había tanta luz por todas partes y ese cielo de granada, ese cielo, el cielo.

Cera derretida en el pecho, seitán en la mesa, arroz angolano, brujería y otras fuerzas que se entrelazaban. Rezar, rezar en puro silencio y domar el mundo a la imagen de la idea. Otra vez. Otra vez está pasando, ríos, termas, un nuevo significado para la palabra "piel". Odio cuando a la gente le cambia la cara durante el sexo, no me refiero a la expresión, me refiero a que lleven otra cara; de otra persona, mirándome desde mi yo más fiel hasta la mascarada que tiene enfrente. El Loco nunca mira dónde está pisando y aun así avanza.

Si alguien pregunta por mí sigo echando humo y escribiendo y obsesionado por novelas que nunca voy a terminar, NUNCA.

He tomado algo de cafeína al despertar, el cielo amenaza lluvia. [Mi casa en el norte], he fumado cigarrillos y vapeado un poco: respirar potenciadores del sabor para que el cáncer sepa a mango helado. Dejo la escritura y me voy a la ducha. A ver si la cabeza encuentra algo mejor en lo que ocuparse.


jueves, 10 de octubre de 2024

Reescribía canciones, las dejaba sonar y las vomitaba luego con una piel diferente... Pasaba hambre en Madrid; entre la cafeína + nicotina o comida ganaba el binomio siempre. Asusté a yonquis en la parada de kundas de mi calle, también había un teatro, pero no me llegaba para poder pagar una entrada. 

Me postré demasiado tiempo ante la nostalgia de un futuro poco piadoso. Soñaba con que mi habitación de alquiler saliera ardiendo, pero siempre apuraba las colillas al límite y las estrujaba en el fondo del cenicero: suelo lunar, pensaba. Pensaba en mis pulmones como en una luna llena de alquitrán, en cómo los meteoros del ente negro y viscoso desplazaban partes del pulmón, encendía otro cigarro, otro porro, otro más impactando y desplazando trozos de mí mismo. Buscar la muerte, y aun así, fracasar en esto también. Perdí mucho peso. Asusté a más gente.

Procuraba que no se me notara que habitaba en medio del cliché y el huracán que lo acompaña, hacer daño en el lado contrario. No poder evitarlo. Caer en la sombra de una madre, madre-locura..., que no muere..., acompaña mientras devora tu cadáver. No habita en la sombra porque para eso tiene el rincón de malos pensamientos. De ruedas que muelen y devoran lo poco que va a quedar de ti. El horror por la nada. Por llenar cada espacio para que nadie más pueda enfermar allí dentro. Confundirlo todo hasta el significado que tiene tanta luz.

Lo primero que haces en automático es caminar. Caminas, caminas y sigues caminando desechando posibilidades según te las cruzas. Las sobrepasas y ya es otra vaina completamente diferente la que te hace caminar en automático. ¿Quieres llegar al mar? ¿A la mar desde el centro del puto Madrid? Caminar, caminar, caminar, mientras caminas, caminas, caminas el Diablo no podrá atraparte. Un intento de alterar el contexto que influye en la esencia. 

Y no tienes ni idea del porqué de todos esos actos extraños, podrían ser hechizos de contención para neófitos, pero parece más bien un mal brote. La manos con seis dedos que te brota de la cabeza durante la madrugada. Hace falta cafeína en grandes cantidades para soportarlo. Inhalar el humo de cigarrillos, un millar de ellos, y la luna cada vez más encharcada en negro-cáncer de pulmón. Salí de allí con el miedo tensándome la piel en todas las direcciones dolorosas que encontraba, una maleta [jerséis heredados de mi casero, libros de Palahniuk y una novela en ciernes] y los pasos más torpes que he dado en mi vida. 

Adiós, Madrid. Adiós, Madrid. 

Madrid era una noche iluminada por luces naranjas, era esa noche en la que ibas al 24/7 a por un paquete de café, sólo puedes pagar el paquete de mezcla, te vale, te vas. Madrid habitado, Madrid lleno de lefa y MDMA, dancing queen, enamorarse justo de lo que te trajo hasta aquí huyendo. Madrid era escribir amaneciendo escuchando a Juan Carlos Aragón. Adiós, Oh, mi capitán, Adiós, Oh, mi capitán. 

Adiós muchachos, adiós. El cañón de mi revólver en la boca. Tiro del gatillo y clic. Fracasar en eso también, muchachos. 



 

miércoles, 9 de octubre de 2024

nos perdemos en un par de tetas, no quieras que halla cabello ardiendo en tu cenicero, la queratina y los pulmones: niños presos rusos fumando recortes de uñas para herirse y estar a salvo en la enfermería. nos perdemos, abuelo, nos perdemos.

es como en esas pelis de vieja vaca sagrada del arte [el que sea] enseña a joven cómo se hace. todo se reduce a un ejercicio entre el método Stanislavski y coach ridículo de mirar hacia dentro mientras se ejecuta. qué estupidez. lo tienes o  no lo tienes, muchacho. no les des más vueltas. y si lo tienes no siempre estará para ti y se caerá el cielo en grises perfectos de desolación. ahora lo tienes, lo dominas, lo respiras, ahora ya se fue; y nunca fuiste tú, siempre fuiste el cómo y no el quién. quiero que te quede claro eso. sólo eso. eso. 

hay un negro, atrapado en ámbar, haciendo blues que parece el puto diablo. es imposible que la magia sea la respuesta al origen del mal, es imposible que descapitalizar la experiencia religiosa pueda ofender al mercado, es imposible que un montón de punkis hasta las cejas de maintenna tengan la solución para este enorme error. llueve tan fuerte que me llega a través de la cortina. una tela no muy gruesa de franjas verdes y verdes traslúcidas. es la pena por todo lo que ha acabado sin poder florecer. presos de la esperanza. preso de mi propia imbecilidad, decirlo muchas veces no es tenerlo asumido. asume tu culpa, loco, y pórtate como un cuerdo. más equilibrado que el equilibrio. más sobrio que el sol. 

a veces hay magia flotando mientras tipeo. otras, sólo el recuerdo de cómo era tan fácil, tan suave, tan claro el siguiente movimiento bordeando la caída en forma de pared. hay magia mientras tipeo. magia mientras tipeo. mientras tipeo. tipeo. y lo siento tanto, tanto, tanto. como el negro atrapado en el ámbar. 

gracias por no dispararnos. 


Fdo, el último pupilo

  


Cinco años

Estamos acabados, siempre creí que los locos caerían antes que los escritores. Año 2014, se sortea a Dios en la máquina durante el prime time de Telecinco. Fueron cientos de miles de euros; es lo que vale un Dios-padre ausente, y una máquina sin partes móviles, tallada en pura roca. Una talla torpe de algo que nunca funcionó. Ciento de miles de euros.

Recuerda que si no te gusta la fuente se puede trampear. Como Dios que no estaba en la máquina, como la máquina que no era tal. Esto no es literatura, es un artefacto, dijo alguien después de soltar su bla, bla, bla. Fue en el año 2014, cinco años después cae el Diablo. Travestido de servilismo con el mercado, siendo el mercado, dejándose cabalgar por la ramera. Cuando te mueres piensas en la biblia. En Dios. En el Diablo. En la lengua de Enoch. Piensas en cómo llegaste al luciferismo, en cómo se lo contaste a los chicos blancos que hacían vudú en el club de fumadores. 

Un doctorcito blanco nos cuenta, a una cámara de un documentalista y a mi yo de 13 años, que el vudú sí funciona. Que lo podían llamar, a sus resultados, como úlceras sin explicación, una enfermedad cultural. Si todos creen se hace real como para devorarte la piel a nivel microscópico. Jodidas declaraciones, ¿eh? 

En 2019 se rompe todo y la ramera cae de bruces frente a La Bestia. Quién devoró a quién no se tiene claro. Que quedó un feo rastro de vísceras y sangre estuvo claro desde el mes de abril. An April Song, An April Song. Todo se ¿acaba? o sólo se acaban los sitios extremadamente cómodos donde existir. ¿Existir? La herida del ombligo ya me pertenece sólo a mí, sólo a mí. He desempaquetado todo el dolor del profeta, todas las dudas como lanzas de punta. He desempaquetado el cómo lo imagino, el dolor del profeta, de El Mago y El Loco. Chocan en ángulos imposibles. Nadie cruza a la vera de nadie. An April Song.

¿No ves que me estoy consumiendo de la única forma que sé? ¿No ves que sólo me esfuerzo cuando no me cuesta trabajo? ¿No ves? ¿Ves? Porque la paz viene del contraste, porque la deuda nunca fue mía, porque la culpa es una señal, porque todo o casi/ fue un malentendido. 

Finales de 2024, subo a la red [en forma de blog] lo que iba a ser un manifiesto anarco-mágicko y google me lo tumba por un error techno-burocrático que podría ser el comienzo de un capítulo de Black Mirror, como todo últimamente. 

Si quieres que salga el sol, hazlo. Do What Thou Wilt, el amor será toda la ley y en su nombre... se cometerán... en su nombre. 


MAGIA Y ANARQUÍA [Finales de 2024]

Fdo, el último pupilo 

 

POST #6

Salgo a la calle sin parapetos, a pecho descubierto y herida sangrante. Esquivo las miradas por costumbre, lo siento, y me aparto. Entre tan...